EL COLOR DE LA LUNA

-¿De qué color es la tristeza? Preguntó la estrella al cerezo.
- Es del color que toma el mar al acostarse el sol en su regazo. Un color azul oscuro, salvaje.
-¿De qué color son los sueños?
-Los sueños son del color del crepúsculo.
-¿De qué color es la alegría?
-Del color del mediodía, mi pequeña estrella.
-¿Y la soledad?
-La soledad es de color violeta.
-¿Y el cariño? Olvidaba preguntarte de qué color es el cariño.
-Del color de los ojos de Dios. Respondió el árbol.
-¿De qué color es el amor?
-Del color de la luna cuando hay luna llena.

ALKYONI PAPADAKI

sábado, 10 de octubre de 2009

COMO BRISA DE VERANO


Béjar, 9 de octubre de 2009, 8:15 am:

Mi despertador, haciendo alarde de su poder, deja bien claro cuál es su jurisdicción aplicando sobre mis oídos lo que los juristas llaman “ius puniendi”.

Más cansado que anoche, me levanto haciendo sonar todos mis huesos mientras me estiro. Abro la cortina y rechazo con descaro la provocadora insinuación de mis sábanas, sin duda, sus brazos, a estas horas, son mucho más acogedores que los de mi justa y necesaria ducha matinal.

El cristal de mi ventana contempla desde mi habitación un bosque de castaños y álamo blanco.


Hoy descubro un cielo gris y un paisaje típico de este mes. Sonrío, pues de reojo, cómplice de mí mismo, miro la foto que nos hicimos juntos este verano. Estas tan guapa… Y tan lejos…

¿Recuerdas cuando nos conocimos? Yo apenas tenía trece añitos, cariño, tu diez. Vaya, parece que el tiempo nos ha hecho mayores. ¿Qué será de nuestro futuro?

Tal vez, un día me decida a vender mis montes y mudarme para siempre a tu mar.

Tal vez…

Entras en mi memoria como una brisa de verano, yo te añoro, mientras, espero a que llegue el invierno…