Chsssss… Él siempre habla en bajito...
Conocí a un señor cuando yo era aún muy pequeño. Creo que apenas tenía uso de razón, pero bueno, que más da, tal vez todavía no lo tenga.
Mi amigo no es de aquí, pero puntualmente regresa todos los años. Siempre llega en silencio, sin hacer ruido. No entiendo porque me sigue sorprendiendo, por suerte, nunca falta a la cita.
Es ya muy mayor, aunque su pelo aun no llegó a cubrirse de blanco. Desde que era un niño le recuerdo entrar en mi casa con un maletón enorme lleno de recuerdos para todos, su sombrero granate y su vieja chaqueta marrón.
Hoy, desperté muy temprano. Al levantar la persiana pude contemplar como el cielo lucía de color grisáceo, daba igual. ¡Abrí de golpe la ventana y respiré con fuerza! Olor a tierra mojada…
Los bosques empiezan a ponerse su mejor vestido, se adornan de ocres rojizos y colores casi dorados. Se recogen. Se despiden hasta la primavera que viene. Tal vez este año también haga frio…
Sin duda, es una época muy entrañable. Pasado el verano, las familias se juntan de nuevo al calor del hogar. Atrás quedan ya las horas en la playa, los atardeceres en compañía de las risas de mis amigos. Las mangas cortas y las sandalias…
Los ancianos se empaquetan en sus abrigos. Mientras, con nostalgia, cuentan que cuando eran niños recogían leña para alimentar sus chimeneas y sus braseros de cisco.
Los paraguas se ponen de moda y los viejos castaños tiemblan al ver que las hordas de jovenzuelos aún no han perdido la vieja costumbre de saquearlos a pedradas.
Hoy, por la ventana veo llover. Mirando los campos ya agostados creo escuchar a todos esos árboles vestidos de gala como dan las gracias al cielo por saciar su sed.
Las aceras se cubren de hojas mientras mi madre refunfuña porque hace frío.
Yo, aquí, desde mi ventana, sonrío. Hoy regresa un viejo amigo.
Querido otoño, eres más que bienvenido…
6 comentarios:
Es increíble. Según te leía, mi mente se transportó, sin que yo pudiera hacer nada a aquellos entrañables recuerdos en el pueblo, con esa chimenea y ese brasero de cisco que citas... Descrita por ti, de hojas amarillentas, caducas, parece el mejor de los regalos.
Simplemente, perfecto. Veo que el cristal reluce.
Recuerdos desde mi Buhardilla.
sencillamente... gracias^^
El cielo está oscuro... pero seguiré volando a través de las nubes... y si me mojo... pues que el agua limpie mi espíritu ;).
Un besazo!
Preciosa entrada Fertxu como siempre.
Me ha recordado ha esos años de infancia, que siempre me gustaba admirar el paisaje de otoño desde los ventanales de mis clases del colegio.
¿Recuerdas qué un día me dijiste que me contarías la historia de Halloween? opino que tu blog es un buen lugar para hacerlo.
Muchos besos guapísimo.
Alba.
me gusta el otoño, o ¿que narices , no me gusta¡¡ Solo el color del bosque me gusta, por lo demás son cambios y el paso del tiempo nos vuelve un poco reaccionarios, jajaja
que si , que es cojonudo, pero que no pase tan rápido
saludos mozo¡¡¡
Desde mi pequeño rincon he divisado
tu relato.Ese relato que me ha echo pensar.llega el otoño otro años mas,cerca se encuentra el invierno acechando con su manto blanco que nos recuerda que otro año va pasando,otro año se acerca,otras sensaciones y otros colores en el umbral de mi puerta estan esperando.
un saludo y un abrazo sincero
tu colega snake
No me gusta nada el Otoño pero después de leerte le estoy viendo su aquél jejeje.
Me encanta pasar por aquí.
besitos guapo.
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