EL COLOR DE LA LUNA

-¿De qué color es la tristeza? Preguntó la estrella al cerezo.
- Es del color que toma el mar al acostarse el sol en su regazo. Un color azul oscuro, salvaje.
-¿De qué color son los sueños?
-Los sueños son del color del crepúsculo.
-¿De qué color es la alegría?
-Del color del mediodía, mi pequeña estrella.
-¿Y la soledad?
-La soledad es de color violeta.
-¿Y el cariño? Olvidaba preguntarte de qué color es el cariño.
-Del color de los ojos de Dios. Respondió el árbol.
-¿De qué color es el amor?
-Del color de la luna cuando hay luna llena.

ALKYONI PAPADAKI

lunes, 17 de febrero de 2014

EN PIE!

 Soñé con la brisa, solo quería aire fresco y de tanto, no supe ver que fabricaba viento.
Del viento a la tempestad ¿y ahora? Aquí estoy, en mitad de una incertidumbre cabrona cargada de fantasmas que desvelan mis sueños y se ocupan cada alborada de dibujar bien hondas mis ojeras, de agravar mi cansancio y joderme en cada minuto de cama para recordarme que soy tan humano como me temía. No hay titanes entre mis ropas y mi piel sabe bien cómo hacer para que el frío coquetee con mis huesos. 
Si, aquí estoy, soportando la paradoja de una calma inquieta, esperando a que de una vez se desaten mis tormentas. Con miedo y ganas de que alguno de esos rayos caiga y reduzca a la nada mi mascarón de proa. 
Y si al final naufrago, que las mareas me dejen bien lejos. Allí, donde acaban los recuerdos de las tardes de enero, lejos, en el rincón preferido del tiempo, donde las imágenes se convierten en sonrisas. 
Hoy, totalmente desnudo, y sin ropa, he venido a enfrentarme a mis fantasmas. A portar las armas que yacían dormidas. 
¡Aquí estoy, os declaro la guerra! 
Pero por favor… uno por uno, dadme al menos la oportunidad de “portarme como un hombre”.